Discurso de Fabio Koifman

Su Excelencia el Sr. Embajador Julio Cesar Gomes dos Santos, Cónsul General de Brasil en Nueva York; el Sr. Baruj Tenembaum, Fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg; el Sr. Joäo Crisóstomo, Vicepresidente de la Fundación Raoul Wallenberg y Coordinador de las Ceremonias conmemorativas del quincuagésimo aniversario del fallecimiento de Luiz Martins de Souza Dantas y de Aristides de Sousa Mendes; y demás distinguidos invitados; Señoras y Señores:

La ayuda humanitaria que el Embajador Souza Dantas le prestó a los perseguidos por los nazis, fue el tema de mi tesis de Maestría en Historia, publicada en el 2002.

En 1997, llegó a mí la primera información sobre este diplomático brasileño y sobre el rol que desempeñó durante la Segunda Guerra Mundial, a través del testimonio del Sr. Raphael Zimetbaum, uno de los tantos a quien Souza Dantas le había otorgado una visa diplomática.

Los testimonios del Holocausto fueron recopilados por la ”Fundación Shoah”, una entidad creada por el productor de cine norteamericano Steven Spielberg. Al finalizar los años 90, él había recopilado los testimonios de miles de judíos sobrevivientes del Holocausto, en varios países.

Como uno de los destinatarios de las visas del Embajador Souzas Dantas, el Sr. Zimetbaum estaba muy sorprendido de que no existieran recuerdos o archivos de estos actos humanitarios de quien había sido responsable directo del rescate de algunos de sus parientes durante la guerra.

Este fue el comienzo de un largo y cuidadoso trabajo de investigación que duró tres años, seguido por otro de nueve meses, que fue el que me tomó escribir el texto.

Lo que escribí fue de más o menos quinientas páginas, para poder resumir todo lo que pude encontrar durante ese tiempo, ya sea investigando en los archivos públicos o escuchando los testimonios orales referidos a Souza Dantas y a su desempeño durante la Segunda Guerra Mundial. A continuación voy a tratar de resumir mi trabajo en unos pocos minutos.

Luis Martins de Souza Dantas nació en Río de Janeiro en 1876 (mil ochocientos setenta y seis). Su abuelo fue uno de los más importantes senadores de Brasil en el siglo XIX.

Se graduó en la Escuela de Leyes a los 21 años y entró en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

Souza Dantas logró escalar todos los puestos diplomáticos. Desempeñó sus funciones en diversas capitales en todo el mundo.

En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, fue nombrado temporalmente Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil.

Alcanzó el puesto de Embajador en 1919 (mil novecientos diecinueve), cuando estuvo al frente de la representación brasileña en Roma.

Al finalizar 1922 (mil novecientos veintidós) Souza Dantas fue nombrado Embajador en Francia, puesto que habría retenido hasta 1944 (mil novecientos cuarenta y cuatro). En ese momento, era el Decano del Cuerpo Diplomático Brasileño en París. Entre 1924 y 1926, Souza Dantas representó varias veces a su país en la Liga de las Naciones.

Soltero, Souza Dantas era un habitual concurrente al teatro de la ”Comedie Francaise”. Se dice que tenía relaciones de carácter romántico con algunas actrices. A los cincuenta y siete años de edad se casó con Elise Meyer Stern, una viuda norteamericana, un poco mayor que él. Ese mismo año uno de los hermanos de Elise, Eugene Meyer, compró un diario en quiebra, ”The Washington Post”. La famosa editora Katharine Graham, que dirigió el periódico durante muchos años, era sobrina de Elise Souza Dantas.

Antes de la invasión del Ejército Alemán a Francia, Elise abandonó Francia y vino a los Estados Unidos. Ella recién se reencontraría con Souza Dantas a mediados de 1944.

El 10 de junio de 1940 el Gobierno Francés abandonó París y algunos diplomáticos extranjeros hicieron lo mismo. Cuatro días después las tropas alemanas tomaron la ciudad. Después de algunos cortos períodos de tiempo, en las ciudades de Tours y de Bordeaux, el Gobierno Francés se estableció en Vichy. El 22 de junio de 1940, los franceses se rindieron y se firmó el Armisticio cuatro días después.

El 10 de julio comenzó un nuevo gobierno, conducido por Marshal Petain.

De acuerdo con el Armisticio, el territorio francés se dividía en dos partes: París y toda la parte norte del país fueron ocupados por Alemania, dirigido por los militares alemanes; la zona sur era considerada Zona Libre y estaba dirigida por el Gobierno Colaboracionista Francés, pero sin la presencia ostensible de las tropas nazis.

Para los refugiados, una visa de salida de Europa era una cuestión de vida o muerte, porque la mayoría de los países había estado ejerciendo restricciones diplomáticas severas para otorgar nuevos permisos de residencia por largo tiempo. Las Embajadas, que permanecían abiertas, tenían largas colas en sus puertas. Por lo tanto, era extremadamente difícil obtener una visa.

En 1937 (mil novecientos treinta y siete) se estableció en Brasil la ”Nueva Dictadura de Estado”. El Presidente Vargas cerró el Congreso y, como un régimen autoritario, gobernó por medio de decretos.

Brasil era uno de los pocos países en el mundo que estaba todavía interesado en atraer nuevos inmigrantes, a pesar de la guerra. Pero, para el gobierno de Vargas, esto no parecía ser una política de iguales oportunidades, ya que las leyes fueron sancionadas para que se permitiera sólo la entrada de aquellas personas consideradas adecuadas.

Se les ordenó a los Cónsules brasileños que no otorgaran visas a la mayoría de los refugiados. Las excepciones estaban bien definidas.

Existen indicaciones de que Souza Dantas ya había intervenido en favor de los refugiados del nazismo antes de que él abandonara París en junio de 1940 (mil novecientos cuarenta). Sin embargo, yo sólo pude comprobar la obra humanitaria del Embajador de ese período en adelante. Y esta ayuda no se limitó a los judíos sino que se brindó también a otros grupos que habían sido perseguidos por los nazis.

En esos días el Consulado estaba a cargo de la emisión de las visas. Un Embajador sólo podía conceder personalmente una visa bajo determinadas circunstancias.

En 1938 (mil novecientos treinta y ocho) el gobierno brasileño, mediante un decreto, estableció leyes muy precisas y una cantidad de especificaciones para otorgar visas a los extranjeros. La autoridad del Consulado que emitía la visa tenía que obrar de acuerdo con una extensa burocracia, como declaraciones y todo tipo de documentos, requisitos que eran casi imposibles de cumplir por los refugiados.

Miles de personas eran desplazadas. Algunas tenían pasaportes ”Nassen”; otras no tenían ningún documento para viajar, especialmente las que provenían de los países ya ocupados.

Los primeros archivos de visas diplomáticas irregulares otorgadas por el Embajador que yo pude ubicar, aparecen después de que Souza Dantas abandonara París.

Las visas otorgadas estaban escritas de su puño y letra, lo que constituye una prueba evidente de los esfuerzos humanitarios de Souza Dantas.

En su viaje de París a Vichy, Souza Dantas pasó por Persignan y Bordeaux. Allí fue donde comenzó a firmar pasaportes extranjeros a muchos, sin tener en cuenta el origen, las condiciones sociales o económicas, ni el origen, dejando de lado las severas reglas burocráticas y restricciones brasileñas.

La mayoría de alrededor de quinientas visas que yo encontré, se otorgaron a gente común. Estaban fechadas desde junio de 1940 hasta el 12 de diciembre de 1940, fecha en la que se le prohibió a Souza Dantas, en forma oficial, la emisión de cualquier tipo de visas. Sin embargo, según algunos testimonios, muchos refugiados se acercaron al Embajador en los primeros meses de 1941 y recibieron visas otorgadas por él. Esas visas estaban selladas con fechas anteriores al 12 de diciembre de 1940.

Desde agosto de 1940 en adelante, cuando los refugiados comenzaron a llegar a Brasil con las visas dadas por Souzas Dantas, un gran número de quejas y de protestas hechas por la Policía Marítima y el Gabinete de Inmigración y Justicia llegaron al Ministerio de Relaciones Exteriores. Denunciaban la emisión masiva de visas diplomáticas otorgadas en forma irregular por Souza Dantas.

Durante el transcurso del año 1941, la llegada de los refugiados constituía una importante preocupación para el Gobierno Brasileño debido a las disputas políticas en los altos niveles gubernamentales. Desde abril de 1941 en adelante, el Gabinete de Justicia tomó el control de los permisos de visa para los extranjeros.

Después de un número de incidentes, que restringieron el desembarco de los refugiados en los puertos brasileños -muchos de ellos portadores de visas otorgadas por Souza Dantas- el Embajador fue considerado recalcitrante. El Dictador Vargas se irritó mucho, no solamente por la presión internacional respecto a los barcos llenos de refugiados rechazados en Brasil, sino también por las visas otorgadas a los extranjeros por Souza Dantas, que ya habían sido desautorizadas por el mismo Vargas.

Esto se convirtió en un asunto personal para Vargas.

El 11 de octubre de 1941, Vargas ordenó un proceso administrativo contra el Embajador y comenzó los preparativos para reemplazarlo. Los problemas relacionados con la guerra impidieron a Vargas encontrar una rápida solución.

Cuando Souza Dantas se enteró de que iba a ser procesado por haber otorgado visas en forma irregular, envió el siguiente telegrama a Río de Janeiro:
”Le recuerdo a usted que, debido al hecho de que no existía un Consulado aquí, me sentí obligado a ejercer las funciones del Consulado ante la mayor catástrofe que la humanidad ha sufrido hasta nuestros días, a fin de salvar vidas humanas. Hice lo que tuve que hacer, de acuerdo con la nobleza de la tradición brasileña, movido por los más elementales sentimientos cristianos. Casi todas las visas fueron otorgadas con el solo propósito de permitir la salida de Francia a esas desdichadas personas que deseaban suicidarse y otras pocas fueron otorgadas para ingresar a Brasil, sin que ello hubiese representado un inconveniente para el país, de acuerdo con lo que me informó el Ministerio.”

El proceso comenzó. Aunque el mismo se debilitó debido a la ruptura entre Brasil y Alemania. Brasil le declaró la guerra a Alemania y poco después, en agosto de 1942, Vargas dio la orden de archivar el juicio.

Desde agosto de 1942 en adelante, mientras esperaba su reemplazo, Souza Dantas continuó enviando información sobre la situación de los refugiados en Francia. El siguiente telegrama es muy explícito:

”La GESTAPO ha estado llevando a cabo una verdadera tarea de esclavización y exterminación de los judíos. Sus familias están siendo literalmente separadas: los maridos, con sus cabezas rasuradas, son llevados a trabajar en Silesia, las mujeres son llevadas a los campos de concentración en Polonia. Todos son mandados a lugares desconocidos y probablemente nunca más se volverán a encontrar. Sus hijos, aún los más pequeños, son sacados violentamente del lado de sus madres y recluidos en asilos especiales donde mueren.”

Unos pocos días después iba a completar este informe.

”Los judíos extranjeros, especialmente los provenientes de los países sometidos al régimen nazi, que están en la Francia no ocupada, están siendo entregados a los alemanes. Muchos son enviados, encerrados en camiones sellados con plomo, más adecuados para el transporte de animales. Los hombres y las mujeres toman distintos caminos. A todos se los mantiene alejados de sus hijos, que quedan sumidos en la aflicción. Muchas de estas personas se suicidan y muchas escenas de profundo dolor tienen lugar cuando estas familias son destruidas. (.) Este gobierno alega que estas son las órdenes alemanas, y que ellos están preocupados por las personas franco-judías. El gobierno quiere evitar que éstos también sean deportados, por lo tanto va a cumplir con lo que le pidan los alemanes”. (Y Souza Dantas continúa: ”Estos actos que violan los tradicionales derechos de protección y los más elementales principios de humanidad, deshonran a Francia.”

Como se puede comprender con facilidad, de acuerdo con estos telegramas de agosto de 1942, Souza Dantas está en realidad informando que el Holocausto está en marcha.

En noviembre de 1942 los alemanes invaden la ”Zona Libre”, hasta ese momento en manos del Gobierno Colaboracionista Francés en Vichy, ocupando de esta manera todo el territorio francés. Al día siguiente, la Embajada de Brasil fue invadida por un grupo de oficiales nazis. Souza Dantas se interpuso frente a los soldados alemanes gritando y quejándose. Los soldados alemanes lo amenazaron con sus revólveres, pero eventualmente, todos se calmaron gracias al Dr. en Leyes Trajano Medeiros, quien hablaba un fluido alemán.

Souza Dantas y sus subordinados fueron arrestados y deportados en enero de 1943 a Bad Godesberg en Alemania. Permanecieron confinados en un hotel hasta fines de marzo de 1944. Los diplomáticos llegarían a Brasil en mayo de 1944.

Los diarios brasileños trataron a Souza Dantas como a un héroe debido al hecho de que soldados brasileños estaban luchando en la guerra, a las noticias sobre su resistencia en la Embajada en Vichy y al largo tiempo que permaneció detenido.

Brasil todavía estaba bajo el régimen dictatorial de Vargas y la transformación del diplomático procesado en héroe, no le agradó para nada al Dictador. Pronto las noticias sobre rendirle un homenaje desaparecieron de los medios de prensa. Mientras Vargas gobernó, Souza Dantas estuvo fuera de la atención pública.

El 29 de octubre de 1945, Vargas fue expulsado de sus funciones y el prestigio del Embajador resurgió, gracias a la influencia política de sus anteriores colegas diplomáticos.

Estaba casi retirado cuando fue invitado por el Ministerio de Relaciones Exteriores a presidir la delegación en la primera parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Londres, entre el 10 de junio y el 14 de febrero de 1946.

Allí fue denominado ”Decano de las Corporaciones Diplomáticas Mundiales”. El 14 de enero Souza Dantas fue el segundo orador en pronunciar un discurso a la Asamblea General, inmediatamente después de James Francis Byrnes, el Secretario de Estado de los Estados Unidos.

Desde 1951 hasta su muerte en 1954, Vargas fue nuevamente Presidente de Brasil, esta vez como resultado de elecciones libres.

Souza Dantas vivió sus últimos años en París y murió en abril de 1954, pocos días antes que el Salvador Portugués Aristides de Sousa Mendes.

Una serie de acontecimientos políticos, especialmente aquellos relacionados con los presuntos herederos de Vargas, fueron decisivos para provocar silencio alrededor del nombre de Souza Dantas después de su muerte; cualquier referencia a Souza Dantas era evitada por quienes preservaban la memoria y el legado del Presidente Vargas.

Souza Dantas nunca tuvo hijos, después de su muerte no quedaron voces que recordaran su nombre.

Después de cincuenta años de olvido, veo con alegría, emoción y satisfacción la realización de un homenaje como este. Veo con alegría el nombre de Souza Dantas como referencia de un comportamiento humanitario ejemplar. Es conveniente que su nombre sea asociado con el de los grandes hombres humanitarios como el de Raoul Wallenberg y el de Aristides de Sousa Mendes -el pionero de las Operaciones de Rescate del Holocausto, cuyo Quincuagésimo (50º) Aniversario de muerte también se conmemora este año.

No tengo dudas de que este sería su mejor deseo y el mejor homenaje que alguien le pueda ofrecer.

Muchas gracias a todos.

Traducción: Nora Bellettieri