abril 3, 2001

Homenaje a Arístides de Sousa Mendes

La Fundación Internacional Raoul Wallenberg (FIRW), una ONG nacida en la Argentina, y las Misiones diplomáticas del Vaticano y Portugal ante las Naciones Unidas recordaron la gesta salvadora del diplomático portugés Arístides de Sousa Mendes durante el Holocausto.

La ceremonia tuvo lugar en Nueva York el 3 de abril de 2001 en el día del 47º aniversario del fallecimiento del diplomático, en la Sala de Actos de la Representación de Portugal, 590 Quinta Avenida, Manhattan.

Hablaron en la ocasión el Nuncio Apostólico Arzobispo Renato Martino en nombre del Vaticano y Baruj Tenembaum, fundador de la FIRW. Se proyectó un film documental sobre la vida de Sousa Mendes y se presentó el libro ‘A Good Man in Evil Times’ (‘Un Buen Hombre en Tiempos de Maldad’). El homenaje se encuadra en los programas educativos ‘La Diplomacia y el Holocausto’ y el ‘Comité Internacional Angelo Giuseppe Roncalli’ de la FIRW. Ambas iniciativas fueron presentadas por Tenembaum al Presidente Federal de Alemania, Johannes Rau en Berlín el 7 de marzo de 2001, así como al Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Angelo Sodano, entre otros líderes mundiales.

Joao Crisostomo, por la FIRW, abrió la ceremonia. A continuación hablaron el Cónsul General de Portugal en Nueva York, Embajador José Carlos de la Cruz Almeida y el Representante de Portugal ante las Naciones Unidas, Embajador Antonio Monteiro, quien leyó la carta de adhesión de Presidente de Portugal, Jorge Sampaio, Baruj Tenembaum, a su vez, entregó la escultura ‘Homenaje a Raoul Wallenberg’ de la escultora argentina Norma D’Ippolito a la nieta del diplomático salvador, Sheila Fleischacker. Crisostomo exhibió el cuadro de Sousa Mendes del artista Peter Malkin, el mismo autor del retrato de Raoul Wallenberg sobre el mapa de las vías férreas de Polonia.

Se recibieron las adhesiones del Gran Rabino Salomón Ben Hamú; del Embajador de Portugal en Buenos Aires, José Augusto Seabra; del Embajador de Israel, Benjamín Oron; del Ministro del Interior de la República Argentina, Ramón Bautista Mestre; del Presidente de la Comunidad Judía de la Argentina, Hugo Ostrower; del Secretario de Turismo de la Argentina, Hernán Lombardi; del Secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus; del Alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani y del Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, entre otros.

Se anunció en la ocasión que el 3 de abril de 2002 se otorgará el Premio Internacional Sousa Mendes a quien se destaque a nivel mundial por su espíritu y acciones solidarias.

Cabe destacar que el acto fue organizado por un grupo de mayordomos voluntarios portugueses de la ciudad de Nueva York. Al respecto, Tenembaum destacó que ´Todos los que hemos sido creados a la imagen del Supremo podemos, cualquiera sea el rol que nos ha sido dado desempeñar en nuestras vidas, fraguar nuestro destino y aportar lo mejor de nosotros mismos para ayudar a nuestro prójimo.´

La historia

Arístides de Sousa Mendes era el Cónsul General de Portugal en Bordeaux, Francia, en la primavera de 1940 cuando la ‘blietzkrieg’ (guerra relámpago) nazi desbordó las defensas francesas en Sedán el 14 de mayo.

Una multitud de refugiados de diversas nacionalidades, entre ellos miles de judíos, llegó a la ciudad francesa con la esperanza de obtener una visa de tránsito hacia Portugal desde cuyos puertos se podía viajar a América.

A pesar de las directivas del gobierno del dictador portugés Premier Antonio de Oliveira Salazar que prohibían a sus diplomáticos extender visas ‘a judíos expulsados de sus países de origen’, Sousa Mendes emitió miles de permisos de tránsito no sólo en Bordeaux sino también en Bayona y en las calles de Hendaya, en la frontera con España. Gracias a su gestión alrededor de treinta mil refugiados recibieron ayuda, entre ellos diez mil judíos que evitaron la muerte en los campos de exterminio. ‘Entregaré una visa a toda persona que la necesite, pueda o no pueda pagarla. Actuaré como mi conciencia de cristiano me lo indica, solía decir.

Por desobedecer al dictador fue expulsado sin beneficios del servicio exterior portugués y la mención de su nombre fue prohibida por décadas en Portugal. Vivió el resto de sus días como un marginado, perdió su casa y murió en la más absoluta pobreza el 3 de abril de 1954. Recién en 1987 el Presidente Mario Soares le otorgó a Sousa Mendes la Orden de la Libertad y públicamente pidió perdón a sus familiares por las injusticias cometidas.