mayo 12, 2005

La orden inmoral que envió a la muerte a miles de judíos

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La Cancillería argentina prohibió en 1938 que los perseguidos por el nazismo fueran refugiados en el país. Su derogación, una obligación ética

La Fundación Wallenberg comenzó una campaña masiva en busca de adhesiones para que la Cancillería derogue la orden secreta Nº 11, de 1938, que prohibía dar refugio a los judíos que huían del sangriento régimen nazi y que dejó así librados a su suerte a miles de judíos que murieron en campos de concentración.

La entidad ya recogió el aval de distintas figuras del ámbito académico y prestigiosos intelectuales para exigir que el canciller Rafael Bielsa derogue esa norma inmoral que agravia a la Argentina y a los argentinos.

La circular Nº 11 fue descubierta en 1997 en un archivo olvidado de la embajada argentina en Estocolmo, en Suecia, por la académica Beatriz Gurevich, y tomó estado público meses atrás por el escritor y periodista Uki Goñi, en su libro ”La auténtica Odessa”.

En una carta que Goñi escribió a Bielsa para exigirle la eliminación de la orden, el periodista advierte que la orden ”fue dictada secretamente por el canciller de ese entonces, José María Cantilo” y que su propio ”abuelo, Santos Goñi, cónsul argentino en el exterior durante la Segunda Guerra Mundial, la aplicó denengando visas a quienes huían del Holocausto, condenadondo a muchos a una segura muerte en esos años terribles”.

”Qué circular ignominiosa y absolutamente contraria al espíritu de nuesta Constitución alberdiana”, manifestó el historiador José Ignacio García Hamilton, en la adhesión a la que se sumaron otros intelectuales.

Marcos Aguinis, Sylvina Walger, Carlos Escudé, los periodistas Joaquín Morales Solá, Andrew Graham-Yooll, entre otros rubricaron la exigencia de la Fundación Wallenberg.