abril 23, 2015

A 100 años del Genocidio Armenio

Cada 24 de abril se conmemora el Genocidio Armenio. Se recuerda al millón y medio de armenios masacrados por la Turquía Otomana. Desde 1915 a 1923, los armenios fueron perseguidos, despojados de sus hogares bajo arresto e inmediatamente deportados hacia el interior del Imperio para ser posteriormente asesinados.

La misión de la Fundación Raoul Wallenberg es destacar y difundir la valentía de aquellos que resistieron pacíficamente, que pusieron en riesgo sus vidas para salvar a judíos durante el Holocausto, armenios durante el Genocidio Armenio o a cualquiera que fuera perseguido por su religión, ideología política o etnia.

Durante el Genocidio Armenio hubo historias de valentía, resistencia pacífica y heroísmo. Beatrice Rohner, al igual que Raoul Wallenberg, hizo uso de su protección diplomática para salvar una gran cantidad de niños huérfanos, cuyos padres fueron asesinados por las autoridades otomanas.

Casualmente (o no) Beatrice nació un 24 de abril. 

Beatrice Rohner
1876-1947

Beatice Rohner nació un 24 de abril de 1876 en Basilea pero creció en Suiza. Luego de trabajar como maestra en Paris y Estambul, en 1900 se mudó a Marash (hoy Kahramanmaras) donde se unió al Hülfsbund für christliches Liebeswerk im Orient, una organización de ayuda humanitaria fundada en Frankfurt en 1896.
Beatrice tuvo derecho a la protección otorgada a diplomáticos alemanes entre 1915 y 1917, fue entonces cuando se convirtió en una miembro líder del movimiento de resistencia de Aleppo, que luchaba contra la exterminación de armenios. El permiso temporario que habilitaba a Beatrice Rohner a dirigir un orfanato, le permitió rescatar a un gran número de niños armenios cuyos padres habían muerto durante el genocidio perpetrado por las autoridades otomanas.

A pesar de que sabía que sus acciones de ayuda a estos niños eran absolutamente inaceptables por parte del gobierno otomano, y que su condición de mujer complicaba aún más su situación, Beatrice Rohner asumía toda la responsabilidad por ellos. Incluso aceptó el riesgo de gestionar las importantes donaciones que hacían las agencias de cooperación suizas, los consulados alemanes y americanos. A pesar de todo esto, Beatrice Rohner continuó su existencia dual con un trabajo oficial, y la actividad clandestina bajo amenaza de corte marcial, que viola todo tipo leyes. En su trabajo de ayuda humanitaria fue afortunada por contar con una extensa red de voluntarios de la comunidad armenia local. Ellos compartían sus fuertes convicciones morales y continuaron trabajando a pesar de las incesantes amenazas y persecuciones. Al final, muchos de sus colaboradores perdieron la vida.
A pesar de todo esto, el orfanato resistió hasta 1917, cuando los niños fueron secuestrados por la fuerza y ubicados en diferentes orfanatos dirigidos por el gobierno. Fue entonces cuando Beatrice Rohner, obligada contra su voluntad, tuvo que renunciar a sus valientes e incansables esfuerzos y regresar a Europa. Murió en su casa de Wüstenroth el 9 de febrero de 1947.

Gracias a su coraje, una gran cantidad de niños escaparon del genocidio. Se calcula que en 1916, Beatrice Rohner logró salvar a 720 huérfanos armenios, los únicos que sobreviven de los 3336, aproximadamente, de niños deportados. Su valor nos acerca un testimonio histórico fundamental de lo sucedido en Alepo entre 1915 y 1917, gracias a sus informes, presentados regularmente en los Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán y por el Comité de América para las Misiones Extranjeras.