julio 6, 2009

Carta de Lectores

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En marzo Noruega asumió la presidencia del Grupo Internacional de
Trabajo y Cooperación para la Educación, Rememoración e Investigación
del Holocausto, organización integrada por veintisiete países,
Argentina entre ellos, con la misión de promover el apoyo de líderes
mundiales para educar sobre el Holocausto y su rememoración.

Poco antes, a comienzos de 2009, el gobierno noruego anunció un
evento celebratorio, de un año de duración, de la vida del escritor
Knut Hamsun (1859-1952), con motivo de cumplirse ciento cincuenta años
de su nacimiento. Hamsun, uno de los escritores noruegos más
prestigiosos y ganador del Premio Nobel de literatura en 1920, era
también un ferviente partidario de Adolf Hitler. En 1940 Hamsun le dio
la bienvenida a la invasión nazi a Noruega y en 1943 le obsequió su
Premio Nobel a Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi. El 7 de
mayo de 1945, apenas conocida la muerte de Hitler, escribió un
obituario laudatorio publicado por el diario ”Aftenposten”. En una de
las líneas Hamsun describía a Hitler como ”guerrero de la humanidad”.

Finalizada la guerra fue arrestado por traición. Además, debió pagar
una severa multa por sus probadas conexiones con el partido fascista
noruego liderado por Vidkun Quisling, condenado en 1945 por alta
traición y ejecutado por un pelotón de fusilamiento.

Llama poderosamente la atención que Noruega, país modelo en
desarrollo social y educativo, celebre a un fervoroso partidario de un
régimen despótico y genocida, al mismo tiempo que integra y preside una
organización dedicada a recordar los horrores del Holocausto.

Oscar Vicente
Baruj Tenembaum
www.raoulwallenberg.net