diciembre 19, 2006

Palabras del Embajador Arne Rodin

Señor Baruj Tenembaum,
Sr Gobernador de Santa Fe, Dr Jorge Obeid,

Señores Embajadores, A
Autoridades,
Señoras y Señores:

Es un profundo placer y honor darles la bienvenida a todos a esta ceremonia. Hoy es un día muy especial. Nos hemos reunido para honrar al distinguido y extraordinario ciudadano argentino Baruj Tenembaum, fundador de de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.

Ante todo también quisiera mencionar a alguien que lamentablemente no puede estar hoy con nosotros, pero sí en nuestros pensamientos, el padre Horacio Moreno, cofundador importante de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, quien falleció recientemente.

La historia de Raoul Wallenberg es una de gran heroísmo y humanidad en circunstancias de una tragedia inconcebible. Desearía recordarles algo de su historia:

Wallenberg llegó a Budapest en julio de 1944 como diplomático sueco. Los nazis ya habían deportado 400.000 judíos húngaros al campo de exterminio de Auschwitz.

Para poder salvar la mayor cantidad posible de los judíos que quedaban en Hungría, Wallenberg otorgaba documentos de identidad sueca que proveían a sus portadores de la neutralidad de la cual Suecia gozaba. Los judíos protegidos de esta manera eran alojados en otra creación de Wallenberg, conocida como ”Casas de protección” que tenían en sus entradas la bandera sueca, por lo cual gozaban de inmunidad frente a los ataques de los nazis.

Hay muchos anécdotas sobre sus intrépidas acciones. Los nazis deportaron judíos a Auschwitz en trenes que no paraban de circular desde las estaciones de ferrocarril de Budapest. Wallenberg iba a las estaciones llegando hasta las puertas de los vagones de los trenes a punto de partir, tratando de rescatar hasta último momento la mayor cantidad posible de personas. En una ocasión, Wallenberg se subió a los techos de los vagones de un tren a punto de partir, y por las rendijas alcanzó paquetes de pasaportes a sus ocupantes para liberarlos a tiempo.

Wallenberg sabía que siempre estaba arriesgando su vida durante estas acciones de rescate. Por eso, dormía cada noche en un sitio distinto para eludir la muerte. Sin embargo no se detuvo. Continuó haciéndolo hasta que fue capturado por el ejército soviético en enero de 1945. Nunca regresó. Hasta hoy en día no sabemos la suerte de Raoul Wallenberg. Sigue siendo un desaparecido. Salvó decenas de miles de personas.

Raoul Wallenberg nos dió un ejemplo. Él, un hombre como nosotros, demostró que la acción es posible y que un solo individuo, con sus ideales de altruismo y compromiso con el prójimo, puede hacer una gran diferencia en defensa de los derechos humanos. Raoul Wallenberg nos mostró la importancia de actuar con determinación y sin demora para defender la vida y la dignidad humana. Su ejemplo nos muestra que cada individuo tiene una responsabilidad moral de actuar. Debemos tener coraje ciudadano para no permanecer en la indiferencia y el silencio.

Hace más de 60 años que Raoul Wallenberg desapareció, pero sus acciones merecen permanecer en nuestra memoria para siempre.

Por eso quisiera por parte del gobierno sueco expresar nuestro más profundo agradecimiento a la Fundación Internacional Raoul Wallenberg y a su fundador Baruj Tenembaum, otro hombre que nos da un ejemplo, por su denodado y incansable esfuerzo en mantener vivo el espíritu de Wallenberg y llevar su mensaje a las futuras generaciones. Muy cerca de aquí, en Figueroa Alcorta y Austria, está una muestra tangible y permanente de su trabajo: la estatua de Raoul Wallenberg, obra de Philip Jackson, erigida con un apoyo importante de la fundación y Baruj Tenembaum. Por una decisión este año de la Legislatura porteña y por sugerencia de la Fundación, el 4 de agosto, la fecha de nacimiento de Raoul Wallenberg, se conmemorá cada año el día Wallenberg en la ciudad de Buenos Aires.

El señor Tenembaum ha dedicado su vida a preservar la memoria del holocausto, y también a recordar las acciones y valores humanos de quienes se arriesgaron para salvar las vidas de los destinados al exterminio. Sus emprendimientos educativos nos muestran que en la tragedia más oscura hay esperanza y un camino moral para seguir. También ha mostrado un compromiso extraordinario en la promoción del diálogo interconfesional. Entre otras cosas fue el primer Director General del Instituto Cultural Argentino-Israelí y junto con Jorge Luis Borges fundó la organización interconfesional denominada ”la Casa Argentina” en Jerusalén. Su importantísima labor ecuménica ha tenido repercusiones en todo el mundo.

Estimado Baruj Tenembaum,

Como Embajador de Suecia me siento muy honrado poder demostrar el reconocimiento por sus múltiples obras para en pro de la humanidad y del valor de los derechos humanos. Como prueba de este sentimiento de aprecio de mi país tengo el honor de participarle que Su Majestad, el Rey de Suecia Carl XVI Gustav, le ha nombrado Comandante de la Real Orden de la Estrella Polar, cuyas insignias me complace entregarle en este momento.

Quisiera pedir ahora a todos los presentes unirnos en un brindis en honor del Comandante Baruj Tenembaum.

Sr Tenembaum, tiene la palabra.