enero 17, 2021

Semanario Hebreo Jai – Raoul Wallenberg

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Monumento recordatorio en Gothenberg

Mundo Judío

Un Héroe sin Tumba

por Semanario Hebreo Jai / Publicado el 17 de Enero de 2021 a las 10:43

The International Raoul Wallenberg Foundation

Raoul Wallenberg en la foto de su pasaporte en 1944

El 17 de enero de 1945, desaparecía Raoul Wallenberg. 

Este joven sueco, miembro de una de las familias más poderosas e influyentes de su país natal, había llegado a Budapest 6 meses antes, el 9 de julio de 1945, con el objetivo de tratar de salvar a unos 230,000 miembros de la comunidad judía de Hungría, luego de que a principios de 1944, alrededor de 400,000 judíos ya habían sido deportados a Auschwitz.  

Raoul nació el 4 de agosto de 1912. Su padre, también llamado Raoul, era un oficial de marina, trágicamente fallecido de un cáncer unos meses antes del nacimiento de su hijo. Los primos hermanos de Raoul padre, Marcus y Jacob, compartían la gestión directiva del gigantesco conglomerado Wallenberg,cuyos intereses abarcaban inversiones en las principales industrias y grupos financieros de Suecia. 

Maj, la madre de Raoul, contrajo un segundo matrimonio con Fredrik von Dardel, dando a luz a dos hijos, Guy y Nina, quienes adoraban y admiraban a su medio hermano mayor.

El niño Raoul recibió el amor de su madre y de su padrastro y contó con la guía espiritual y práctica de su abuelo paterno, Gustaf von Dardel, un experimentado diplomático sueco.

Bajo el tutelaje de su abuelo, Raoul se matriculó en la prestigiosa Universidad de Michigan, en los EEUU,  donde se graduó de arquitecto y posteriormente adquirió experiencia laboral en Sudáfrica, en una empresa de comercio internacional, seguida por una pasantía en un banco en Haifa, previamente a la creación del Estado de Israel.

Raoul mantenía un trato cordial con sus primos Jacob y Marcus, y procuró  integrarse al conglomerado familiar, pero esta iniciativa no prosperó. Aparentemente, sus primos consideraban que su espíritu aventurero no encajaba con la filosofía conservadora que regía los negocios de la familia.  Eventualmente, Raoul se asoció a Koloman Lauer, un judío húngaro radicado en Suecia, en una empresa dedicada al comercio internacional de alimentos.  Lauer iba a jugar un rol fundamental en la vida de su joven socio.

Corría el año 1944. Henry Morgenthau Jr. se desempeñaba como Secretario del Tesoro de los EEUU bajo la administracion del Presidente Franklin D. Roosevelt, a quien logró persuadir sobre la necesidad de crear una agencia ejecutiva de la administración estadounidense, la Junta de Refugiados de Guerra (War Refugee Board – WRB en ingles), cuya misión iba a ser la de tratar de salvar a los judíos de Europa.

En este marco, dicha entidad reconoció la urgencia de brindar ayuda a lo que quedaba de la comunidad judía de Hungría, concibiendo la estrategia de involucrar  a Suecia en la operación de salvataje. 

Suecia era neutral en la Segunda Guerra Mundial y aprovechaba dicha posición para fomentar el comercio tanto con las potencias aliadas como con el Eje, suministrando a los Nazis materias primas esenciales para su aparato bélico. Irónicamente, el conglomerado Wallenberg jugó un rol preponderante en este esquema. Marcus encabezaba las negociaciones comerciales con los Aliados, mientras que Jacob gestionaba las  transacciones con los alemanes.

Esta postura sueca creaba irritación en los EEUU y Roosevelt presintió que el Gobierno escandinavo aceptaría en forma entusiasta participar de una actividad humanitaria que le permitiría mejorar su imagen ante los Aliados.

A través de contactos con Koloman Lauer y merced a su ferviente recomendación,  la Junta de Refugiados de Guerra entrevistó a Raoul Wallenberg y con la anuencia del gobierno de Suecia, se decidió enviarlo a Budapest con la misión de salvar las vidas de decenas de miles de judíos húngaros.

Carente de toda experiencia diplomática, y con sólo 32 años de edad, Raoul arribó a Budapest el 9 de julio de 1944 y ese mismo día, esgrimiendo el título de Secretario de la Legación sueca en la capital húngara, comenzó a organizar una de las campañas de rescate mas dramáticas de la historia de la humanidad.

Con algunos de sus colaboradores

En su misión, Wallenberg combinó su ingenio, audacia y coraje, con una capacidad de trabajo y un talento organizativo sin paralelo. Gracias a su liderazgo, logró reclutar a decenas de voluntarios y aliados, impregnándolos de entusiasmo. Merced a su carisma, se convirtió en poco tiempo en una figura central en fiestas y banquetes, atrayendo a influyentes personajes de la política húngara, quienes facilitarían su gestión humanitaria.   

En poco tiempo estableció una red de «Casas Seguras», en cuyos techos flameaba la bandera sueca. Alli refugió a miles de judíos, ofreciéndoles alimento y cuidados médicos y por sobre todo, protección diplomática.  

Conociendo la fascinación alemana por la burocracia, diseñó unos documentos protectores llamados «Schutzpasses», llenos de colores e insignias suecas, sellos y firmas, que atestaban que su portador tenía derecho a la ciudanía sueca. Si bien, dichos certificados carecían de validez legal, lograban generalmente su cometido, brindando protección a sus portadores. Wallenberg y su equipo trabajaban noche y día en la confección de estos Schutzpasses, repartiéndolos a miles de judíos, y en varias instancias, Wallenberg los utilizó para salvar a aquellos que se enfrentaban a una deportación a Auschwitz o ejecución inmediata.

Historiadores estiman que en el curso de 6 meses, Raoul Wallenberg habría logrado salvar a decenas de miles de vidas inocentes. 

En enero de 1945, cuando ya estaba claro que Hungría iba a caer en manos de las fuerzas soviéticas, Wallenberg entabló contacto con el Comando Militar Soviético con el fin de negociar el futuro de los refugiados judios en Hungría. El 17 de enero emprendió el viaje en auto de Budapest a Debrecen, junto con su fiel ayudante Vilmos Langfelder, para asistir a su audiencia con el Mariscal Rodyon Malinovsky, comandante del Ejército Rojo en la zona.

Al arribar a destino, tras un peligroso recorrido, en vez de ser conducidos al despacho de su anfitrión, ambos hombres fueron detenidos por la SMERSH (Servicio de Inteligencia Militar Soviético) y trasladados a Moscú. Desde ese día, Wallenberg y Langfelder desaparecieron de la faz de la Tierra.  

Las mismas autoridades rusas admiten que la orden de arresto y probable asesinato emanó del mismísimo Joseph Stalin. Esta versión fue confirmada en 2006 por el otrora vice-Embajador de la Federación Rusa en Washington DC, Alexander Darchiev, en una carta que envió a la Fundación Wallenberg el 15 de junio de 2006. Darchiev, un experimentado diplomático que hoy en día es el Embajador de su país en Canadá, nos escribió: 

«La responsabilidad por la muerte del Sr. Wallenberg yace con el liderazgo de la URSS de esa época y con Joseph Stalin personalmente. Ninguna otra autoridad podría haber lidiado con un diplomático sueco, representante de un país neutral, miembro de la ‘Casa Wallenberg’, bien conocida tanto en el exterior como en el seno del gobierno soviético». 

Una de las teorías indica que Stalin sospechaba que Wallenberg era un espía estadounidense y conociendo la influencia de su familia en Suecia y de lo mucho que tendrían para esconder en relación a sus transacciones con los Nazis, se conjetura que el tirano esperaba contar con una poderosa moneda de cambio en sus negociaciones de post-guerra con los aliados. Empero, la tibia reacción del gobierno sueco y de la familia Wallenberg, habrían llevado a Stalin a la conclusión que el diplomático sueco carecía de valor. 

Nuestra ONG, la Fundación Internacional Raoul Wallenberg se dedica pura y exclusivamente al Reconocimiento del Bien («Hakarat Hatov»). En este marco, nos enorgullece preservar y difundir no solo el legado de este héroe sueco, sino de todos aquellos que tendieron una mano a las víctimas de la Shoá, del Genocidio Armenio y de otras tragedias. 

En el caso de Uruguay, nuestra Junta Directiva ha investigado la gesta salvadora del Dr. Alejandro Pou de Santiago, abuelo materno del actual Presidente Luis Lacalle Pou.  Como médico en Alemania, en la década del 1930, el Dr. Pou ayudó a dos familias judías a huir de ese país, gesta que fue reflejada en la edición del 14 de octubre de 2020 en este portal.

El Dr. Alejandro Pou

Aquí puedes leer la entrevista a la hija del Dr. Alejandro Pou, Julia Pou.

En este contexto, la Fundacion Wallenberg planea rendir una serie de tributos a este héroe uruguayo, incluyendo el encargo de un sello postal conmemorativo que será emitido por la Autoridad Filatélica de Israel. 

A Raoul lo recordamos en el 76° aniversario de su desaparición como el gran salvador que fue y como víctima de un régimen tirano. Aprovechamos esta fecha para reflexionar sobre su legado y para reiterar en nombre de la Fundación Wallenberg nuestro llamamiento humanitario a las autoridades de la Federación Rusa, instándolas a revelar el destino de este singular salvador y en lo posible, permitir el traslado de sus restos a Suecia, para que deje de ser un Héroe sin Tumba.

Eduardo Eurnekian – Presidente

Baruj Tenembaum – Fundador

Monumento recordatorio en Gothenberg
En el barrio Ramat Hajayal de Tel Aviv