noviembre 17, 2008

Un sueño hecho realidad y un abrazo fraternal

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Esfira Maiman, con sus juveniles 94 años, ha visto hecho realidad el sueño de toda su vida. Días atrás, finalmente logró darle un abrazo a Roman Slawinski, el sobrino de Stanislawa Slawinska, la mujer polaca que hace más de sesenta años dio refugio en su casa de Grodzisk Mazowiecki a Esfira y a otros judíos perseguidos.

El 10 de noviembre de 2008 fue un día muy especial para Esfira Maiman. Ese día, Roman Slawinski, su hijo Jacek y su nieto Milosz, llegaron a Israel. La última vez que Esfira y Roman habían estado juntos había sido seis décadas atrás, durante la segunda guerra mundial.

Sin perder un minuto Roman viajó desde el aeropuerto a la casa de Esfira, en donde se produjo un reencuentro muy emotivo. Al día siguiente, el 11 de noviembre, Yad Vashem entregó póstumamente a Stanislawa Slawinska el título de ”Justa entre las Naciones”, distinción que reconoce la conducta solidaria de las personas que auxiliaron judíos durante el Holocausto. Roman recibió la condecoración en nombre de su tía.

En su discurso Roman agradeció a la Fundación Internacional Raoul Wallenberg por el rol decisivo que cumplió para que Yad Vashem reconociera lo hecho por Stanislawa.

Danny Rainer, director de la Fundación Wallenberg en Jerusalén, felicitó a Yad Vashem por haber otorgado a la señora Slawinska una distinción tan merecida, al tiempo que sostuvo: ”Así como nos lamentamos que la heroína no esté presente entre nosotros, también nos sentimos felices de que tres generaciones de ambas familias puedan encontrarse en un abrazo fraternal. Esfira nos ha enseñado que la gratitud no tiene fecha de vencimiento”.

El 13 de noviembre la Fundación Wallenberg y la embajada de Polonia en Israel organizaron una ceremonia en la residencia privada de la embajadora Agnieszka Magdziak-Miszewska. Entre los asistentes se encontraban el embajador de Turquía, Namik Tan; el embajador de Suecia, Borsiin Bonnier; el encargado de negocios de la embajada de Perú, Voto Bernales; el embajador Herzl Inbar y miembros de la familia Maiman.

La embajadora de Polonia felicitó a la Fundación Wallenberg por la iniciativa y leyó una carta enviada especialmente para la ocasión por el Ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Radoslav Sikorski.

El señor Rainer agradeció a la embajadora y a los invitados. También extendió sus agradecimientos a todas aquellas personas que no pudieron asistir a la ceremonia pero que enviaron mensajes de adhesión, como los legendarios líderes del levantamiento del gueto de Varsovia Marek Edelman y Simcha ”Kazik” Rotem.

El señor Rainer también agradeció los decisivos aportes de Izabela Matusz, Primera Secretaria de la embajada de Polonia en Buenos Aires y de Agnieszka Krawczykowska, funcionaria de la municipalidad de Grodzisk Mazowiecki. Ambas, movilizadas por la el carácter humanitario de la misión, dieron lo mejor de sí para que el objetivo se cumpliese. El señor Rainer aprovechó la oportunidad para anunciar la apertura del ”Instituto Esfira Maiman” que se dedicará a investigar las acciones llevadas a cabo por mujeres que auxiliaron perseguidos durante el Holocausto.

La ceremonia concluyó con la entrega de dos medallas a la familia Slawinski. La medalla ”Raoul Wallenberg-Mujeres Salvadoras”, entregada a Roman Slawinski conjuntamente por la embajadora Magdziak-Miszewska y el doctor Yoav Tenembaum, meimbro de la mesa directiva de la FIRW. Otra distinción fue entregada a Milosz Slawinski por Yossi Maiman y su hermana, Michele, hijos de Esfira.

Esfira Maiman cerró así el capítulo más importante de su vida. Su sueño se hizo realidad.