abril 4, 2007

Ecos del homenaje al cardenal Quarracino en la catedral

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Al cumplirse nueve años del fallecimiento del Cardenal Antonio Quarracino, el 28 de febrero pasado, organizado por la Fundación Internacional Raoul Wallenberg y la Casa Argentina en Israel, se llevó a cabo en la catedral metropolitana un homenaje a quien había sido arzobispo de Buenos Aires, primado de la Argentina, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y ex presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El homenaje se realizó a las 16.30 en la capilla de la Virgen de Luján, donde reposan los restos mortales del cardenal Quarracino, y donde se encuentra un mural recordatorio de las víctimas del Holocausto, colocado por indicación del purpurado homenajeado. Ante más de 200 personas, tres oradores, el escritor Marcos Aguinis, el historiador José Ignacio García Hamilton, y el presidente de la Fundación Raoul Wallenberg, señor Baruj Tenembaum, recordaron la figura del difunto purpurado y precisaron la importancia de su aporte a la comunión judeo-católica.

Luego del acto, a las 18, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, celebró una misa en memoria del cardenal Quarracino.

Partes importantes del homenaje fueron transmitidas por el Canal 9 de TV, en el programa ”Claves para un mundo mejor” que dirige el periodista Héctor Tito Garabal, quien aportó a AICA gran parte de esta crónica.

Marcos Aguinis: Quarracino repudió la prédica del odio

El conocido escritor Marcos Aguinis recordó que ”Quarracino me acompañó con gran coraje cuando recién se establecía la dictadura militar en la Argentina, en un temerario y casi suicida coloquio sobre el pluralismo cultural, donde se habló del pluralismo lingüístico, educativo, ideológico y religioso. Lo invite a participar en el panel de pluralismo religioso y lo hizo con gran énfasis y significo un apoyo muy importante”.

”Uno de los últimos recuerdos que tengo de él es una carta que me escribió en la que elogiaba y recomendaba la novela ”María”, escrita en idisch. Es la historia novelada de la Virgen Maria escrita por un judío y que constituye un puente fantástico, maravilloso, lleno de amor entre el judaísmo y el cristianismo”.

Al referirse al mural que el recordado purpurado hizo colocar allí en la catedral, Marcos Aguinis afirmó que ”Quarracino tomó muy en serio asociar su vida y su actividad pastoral con el recuerdo del holocausto y el repudio a la prédica del odio, a la predica de la muerte. En este sentido, creo que su ejemplo es admirable. Ahora, cuando los turistas visitan la catedral metropolitana, no sólo van a ver los restos de San Martín sino que también se acercan aquí donde están los restos del cardenal Quarracino y tienen la ocasión de ver este mural”.

García Hamilton: actitud de concordia religiosa de Quarracino

El historiador García Hamilton indicó que ”hoy recordamos al cardenal Quarracino por lo que quizás fue su prédica, su acto más importante, más trascendente, al menos para los que creemos en la convivencia, en el pluralismo, en la concordia. Fue la colocación de este mural en esta catedral, que además de ser un lugar exclusivo de culto de una religión, también conserva los restos de una figura histórica, una figura de armas como es el General San Martín”.

”Este mural trata de recordar a las víctimas del Holocausto durante el nazismo, durante la dictadura de Hitler en Alemania, que intentó eliminar a una parte del pueblo alemán por el solo hecho de tener otro origen, otra religión. Con ese objetivo se dictaron leyes y se creó una siniestra legalidad”.

”Esto también fue para llamar la atención y recordar los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel, y crear un lugar de concordia, de paz, de reparación, de corrección, de intentar crear anticuerpos que procuren evitar estas tragedias que han tenido lugar en tan poco tiempo en nuestro país”.

”Por eso -señaló García Hamilton-, la idea del cardenal Quarracino, a mi juicio, fue de una enorme significación. Fue crear, en la catedral, un lugar de encuentro, de paz, para que vengan gentes de otras religiones, para que oremos juntos, para que elevemos oraciones que pueden ser de religiosos, de laicos, de agnósticos, por la paz, por el amor, por la concordia, por la fraternidad. Ese fue el espíritu de Quarracino que aquí está presente y que yo me complazco en recordar”.

Baruj Tenenbaum recordó el viaje de Quarracino a Jerusalén

Amigo del homenajeado cardenal, Baruj Tenembaum dijo que ”a Quarracino lo recuerdo siempre porque trabajamos en la línea dibujada por él, especialmente después de su visita histórica a Jerusalén. Digo histórica porque fue el primer Cardenal que en tal carácter visitó Jerusalén y lo hizo antes del establecimiento de las relaciones diplomáticas de la Santa Sede con Israel”.

Luego reveló un hecho poco conocido: ”Cuando viajó a Tierra Santa yo lo acompañé como humilde traductor del hebreo y del inglés al castellano y como su amigo que me honro. Cuando llegamos a Roma en la conexión de vuelo vino un diplomático argentino y le dijo al Cardenal que traía un mensaje para que interrumpiera su viaje porque el Vaticano todavía no tenia relaciones diplomáticas y él era un Cardenal. Pero que era una sugerencia”.

Seguidamente, en un lenguaje muy coloquial, Baruj Tenenbaum narró los pormenores de la situación que concluyó con la determinación del cardenal Quarracino de continuar viaje a Tierra Santa.

”Fuimos y por primera vez, después de 100 años, nevó en Jerusalén lo que nos obligó a quedarnos dos noches en un hotel. La primera noche mas o menos dormimos, la segunda estábamos nerviosos y ya de madrugada, caminando dentro del hotel me dijo: ”Baruj, debemos hacer algún acto, algún hecho real para cicatrizar las heridas entre judíos y cristianos”. Y fue ahí, según Tenenbaum, cuando surgió la idea del mural.