agosto 24, 2011

Carta a la Reina de Noruega en el caso Knut Hamsun

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Nueva York, 17 de julio de 2009
Su Majestad
Reina Sonja de Noruega

“Su Majestad,

En nombre de todos los integrantes de la Fundación Wallenberg debo transmitirle, con todo respeto y absoluta transparencia, nuestro asombro y preocupación por la celebración oficial de un año de duración que Noruega dedica a Knut Hamsun, uno de los grandes escritores del siglo XX pero también uno de los más conspicuos intelectuales partidarios del Tercer Reich y de Adolph Hitler.

Los honores brindados a una persona que adhirió fervorosamente a uno de los regímenes más tenebrosos de la historia nos desconciertan, al punto de no poder hallar razones que justifiquen las celebraciones, en particular tratándose de una gran nación como Noruega, modelo en desarrollo económico, social y educativo.

Nos dirijimos respetuosamente a usted, Su Majestad, por su personal participación en la inauguración de las celebraciones, acompañadas por fanfarrias y una comedia musical, así como por sus anuncios referidos a la próxima inauguración de una estatua conmemorativa del escritor y de un museo dedicado a su memoria.

Como usted bien sabe, finalizada la guerra, Hamsun fue arrestado y debió pagar una severa multa por sus probadas conexiones con el partido fascista noruego liderado por Vidkun Quisling, condenado en 1945 por alta traición y ejecutado por un pelotón de fusilamiento.

Quisling fue una desgracia para la historia de Noruega, al punto de que su nombre se convirtió en sinónimo de “traidor”. Entendemos que aún hoy llamar a alguien “quisling” en Noruega es uno de los peores insultos que se pueden propinar. En 1940 el diario británico “The Times” publicó en una editorial: “Para los escritores, la palabra Quisling es un regalo de los dioses. Si hubiesen encargado inventar una nueva palabra que signifique traidor dificilmente alguien hubiese dado con una combinación de letras tan brillante.”

Lo que hace más incomprensible la decisión de Noruega es el hecho de que el país asumió a comienzos de este año la presidencia del Grupo Internacional de Trabajo y Cooperación para la Educación, organización integrada por 27 naciones con la misión de promover el apoyo de líderes mundiales para educar sobre el Holocausto y su recuerdo.

Me despido de Usted, transmitiéndole mis mayores respetos”.

Baruj Tenembaum
Fundador de la
Fundación Wallenberg