febrero 11, 2008

Tom Lantos, co-fundador de la Fundación Wallenberg, muere a los 80 años

La muerte de Tom Lantos, miembro del Congreso de los Estados Unidos, deja al mundo sin un campeón de los derechos humanos. Era el único sobreviviente del Holocausto en haber ganado una banca en la Cámara de Representantes y presidía la Comisión de Relaciones Exteriores. Era co-fundador, junto al argentino Baruj Tenembaum, de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.

Lantos había declarado pocas semanas antes de su muerte que tenía cáncer de esófago y que renunciaba a su banca para someterse a un tratamiento.

En su juventud conoció el horror de la guerra, la persecución criminal de los nazis y la mano solidaria de Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que salvó a decenas de miles de personas, en su mayoría judías, en la Hungría ocupada por las fuerzas hitleristas.

Junto a su esposa Annette trabajó incansablemente por los derechos humanos en todo el mundo; en Libia, Rusia, Timor del Este, Burma o Darfur, entre otros destinos.

Su actividad constante no le impedía hacerse presente en cada una de las ocasiones que Raoul Wallenberg era recordado en distintas partes del mundo. En 2005 Lantos hizo llegar a través de la Fundación Wallenberg una carta al presidente argentino Néstor Kirchner.

En 2003, a instancias de Lantos, el Congreso de los Estados Unidos rindió tributo a Baruj Tenembaum por su trayectoria de vida y su dedicación a la promoción del diálogo interconfesional.

”Es un placer para mí rendir tributo a Baruj Tenembaum, una persona verdaderamente destacable. De una manera extraordinaria ha hecho enormes esfuerzos para promover la vida y la misión de Raoul Wallenberg, héroe de la Segunda Guerra Mundial.”, declaró en la ocasión.

Su última participación pública estaba pautada para llevarse a cabo en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York pero la enfermedad le impidió asumir el compromiso. Su discurso fue leído por su hija Katrina Lantos-Swett.

José Ignacio García Hamilton, parlamentario argentino y miembro de la Fundación Wallenberg declaró: ”La muerte de Lantos es una pérdida irreparabale para el mundo de la democracia y la libertad. Su deceso nos sorprende cuando me encontraba impulsando desde el Congreso Nacional la aprobación de una declaración de augurios de recuperación de la enfermedad que lo aquejaba”.