noviembre 5, 2014

Isaac Revah, superviviente del Holocausto: «El antisemitismo está creciendo en Europa»

Salió de un campo de concentración gracias al cónsul español en Grecia Sebastián Romero Radigales, para quien la International Raoul Wallenberg Foundation pide la declaración de «Justo entre las naciones»

El superviviente del Holocausto Isaac Revah cree que el antisemitismo está creciendo en Europa, entre otros motivos, por la influencia del conflicto político en Oriente Medio entre israelíes y árabes.

Revah acudirá este lunes al Senado en representación de los más de seis millones de judíos que perdieron la vida en campos de concentración nazis a un acto conmemorativo organizado con motivo del Día Internacional de la Memoria a las Víctimas del Holocausto.

«Claro que existe un antisemitismo en Europa. Este antisemitismo tiene puro origen en la extrema derecha de los partidos políticos clásicos, pero la amplitud del movimiento antisemita está creciendo, y el origen de ello tiene más que ver con la posición de la extrema izquierda sobre el conflicto político en Oriente Medio, donde Israel trata de no desaparecer entre los países árabes que lo rodean», dijo.

Es más, este superviviente judío considera que la imagen que muestran los palestinos de su situación hace aumentar el movimiento antisemita en Europa. «No digo que los palestinos no sean atacados o no mueran. Pero, a menudo, no cuentan lo que ocurrió antes de eso, cuando hay atentados a autobuses en Israel y hay decenas de muertos. Eso lo silencian», agregó.

Sin embargo, reconoció que la situación actual de los palestinos no es buena, porque no tienen un Estado y viven en condiciones económicas muy difíciles. Por eso, agrega con optimismo: «Sólo una cosa puede salvar a israelíes y palestinos, una paz entre los dos. Creo claramente que Israel y los palestinos tienen puntos comunes. Tienen todas las condiciones para vivir en amistad pero hay extremistas, sobre todo en la parte árabe, como Hamás, que declara que Israel debe ser destruido».

Ese antisemitismo europeo parte de una confusión de conceptos, matizó Revah, la mezcla ante sionismo y antisemitismo: «Por eso, para ellos los judíos son todos sionistas y están contra ellos porque consideran que el Estado de Israel no tiene razón de existir».

«Existe un Estado que es un Estado de los judíos y existen judíos que viven en otros países y que la confusión se da solamente porque no hubo bastante educación de los jóvenes, porque no saben lo que ocurrió durante la guerra mundial. Ellos sólo conocen los conflictos modernos y locales», agregó a Servimedia.

De ahí que este superviviente del nazismo apueste por la educación para «crear una comunicación entre las civilizaciones y religiones con respeto de unas para otras».

«La educación es clave, en la escuela, pero los jóvenes se activan también en la política, escuchan música y leen informaciones. Y las informaciones deben ser objetivas y sin tomar posiciones. A menudo la prensa dice cosas al límite de la verdad y que puede causar conflictos locales contra los judíos», expuso a Servimedia.

«Justo entre las naciones»

Aunque nació en Salónica, Grecia (8 de septiembre de 1934) su familia contaba con pasaporte español, lo que facilitó que el entonces cónsul de España en Atenas, Sebastián Romero Radigales, les pudiese incluir en el grupo de 367 personas de Salónica que repatrió, oponiéndose incluso a las presiones que recibió del gobierno de Franco.

Revah apoya que Sebastián Romero Radigales, a quien considera «un ser excepcional, valiente y humano que se mostró solidario con los judíos perseguidos», sea merecedor del título de «Justo entre las naciones», solicitado por la International Raoul Wallenberg Foundation.

«Es una cosa extraordinaria, a pesar de lo que le decía su autoridad directa, que este hombre fue el que nos liberó de un campo de concentración durante la II Guerra Mundial», dijo.

Cuando el ejército alemán invadió Salónica, fue deportado junto a su familia al campo de concentración alemán de Bergen Belsen. Allí experimentó durante seis meses la crueldad nazi con ojos de niño aunque, como español, tuvo la suerte de estar destinado en un módulo con condiciones menos crueles.

Tras la liberación, los Revah pasaron tres meses en España y, después, la familia fue a un campo americano en Casablanca, donde se les dio a elegir su siguiente destino: Grecia o Palestina. Llegaron a Palestina en diciembre de 1944, de donde tuvieron que salir rumbo a Francia en 1948, antes de la declaración de independencia, por falta de trabajo del cabeza de familia.

Isaac llegó al país galo con 14 años, donde estudió y se fraguó una profesión. En su biografía se destaca su doctorado en Física por la Universidad de París y una carrera relacionada con el mundo espacial. Fue investigador durante un año para la Nasa y ha estado vinculado a la agencia espacial francesa.

Lección del Holocausto

Tras salir del campo nazi y fraguarse esa trayectoria, Revah obtuvo una lección que quiere compartir con la sociedad: «Soy una persona que respeta al otro. Y que debo decir que mi nombre, Isaac Revah, no me dio ningún problema en los años en los que fui a la escuela o cuando trabajaba y todos sabían que era judío. Pero lo que yo pienso es que teníamos todos, judíos, cristianos, musulmanes, una consideración por el otro y por lo que creía el otro».

Por eso, incide en que la sociedad contemporánea debe aprender que el Holocausto «no es algo natural» y que los ciudadanos, con la celebración de jornadas como el Día Internacional de la Memoria a las Víctimas del Holocausto cada 27 de enero, deben aprender a ser capaces «de crear un clima que lleve a un mejor entendimiento entre las diferentes etnias».

Afortunadamente, después de la II Guerra Mundial, en opinión de este superviviente, no se ha dado una barbarie de tanta dimensión como la perpetrada por Hitler, pues más bien han sido «conflictos de naturaleza religiosa o étnica».

Por ello, Isaac Revah vaticina que no volverá a ocurrir algo de tal calibre como lo que experimentó siendo niño. «No creo que se vuelva a repetir lo que ocurrió con los judíos y los rumanos durante la guerra. Era una política de Estado», concluyó.