noviembre 21, 2014

Fueron trasladados los restos del padre Horacio Moreno. Radio Jai.

El domingo 16 de noviembre de 2014 los restos del presbítero Horacio Fidel Moreno (1918-2006), presidente de la Casa Argentina en Israel Tierra Santa durante más de tres décadas, y miembro fundador de la Fundación Raoul Wallenberg, fueron trasladados para su descanso definitivo al predio de Irenaika, Fundación Conciencia y Ciencia, en la localidad de Ingeniero Maschwitz. La Fundación Conciencia y Ciencia, es una ONG creada por el padre Moreno y presidida por el padre Juan Pablo Jasminoy.

El obispo de Zárate-Campana, Monseñor Oscar Sarlinga, celebró la Santa Mira, acompañado por el padre Jasminoy y el padre Daniel Moreno (sobrino de Horacio Moreno).

Numerosos asistentes colmaron las instalaciones de la bella capilla Nuestra Señora de Fátima. Entre ellos, el rabino Simón Moguilevsky, Myriam Kesler, sobreviviente del Holocausto y Graciela Castelnovo, histórica colaboradora del padre Moreno.

«Baruj Tenembaum, creador de la Fundación Wallenberg, fue el primero que me habló de la voluntad de su amigo, el padre Moreno, de descansar definitivamente en este predio. Fue así como comencé a tomar contacto con su figura y obra. En el Señor, que renueva todas las cosas, estamos llamados a, como dice San Pablo, derribar muros de enemistad y crear puentes de amistad. Por ello, el diálogo interreligioso, que el padre Moreno llevaba en su corazón, es de capital importancia, pero no solo en el orden teológico sino, fundamentalmente, en el orden del conocimiento mutuo, de la cultura y de los valores del prójimo. En última instancia el diálogo es la apreciación de la alteridad, así como del enriquecimiento mutuo que de su ejercicio deriva. Todos somos hijos de un mismo padre. La metamorfosis cambia de raíz lo esencial. Desde ese lugar de cambio podemos apreciar como conciencia y ciencia tienen que ver también como este aspecto metamórfico en un sentido trascendente.», dijo Monseñor Sarlinga.

Por su parte, el rabino Moguilevksy dijo: «Por muchos años tuve el privilegio de disfrutar de la bonhomía, la amistad y la entrega del padre Moreno; y sobre todo del Emet, la verdad, palabra que integra el lema episcopal del señor obispo, tal como él lo señalara hace minutos. Quizás el salmo 15 sea aquel que denota con mayor fidelidad quién era el padre Moreno. Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?, ¿quién puede habitar en tu santo monte? Sólo el que vive sin tacha y practica la justicia; el que dice la verdad de todo corazón; el que no habla mal de nadie; el que no hace daño a su amigo ni ofende a su vecino; el que mira con desprecio a quien desprecio merece, pero honra a quien honra al Señor; el que cumple sus promesas aunque le vaya mal; el que presta su dinero sin exigir intereses; el que no acepta soborno en contra del inocente. El que así vive, jamás caerá. Por eso decimos que, aún cuando mueren, los Justos siguen viviendo; por eso el padre Moreno sigue viviendo.»

Perfil

El presbítero doctor Horacio Fidel Moreno nació en Quilmes el 29 de mayo de 1918. Se recibió de doctor en Leyes y Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires para más tarde obtener un doctorado en Ciencias Políticas y una licenciatura en Filosofía y Teología. Recibió títulos de licenciado en Teología Pastoral en el Instituto Católico de París y licenciado en Derecho Social en la Universidad de La Sorbonne. Recibió diversos premios por sus trabajos realizados en metafísica, teodicea, ética, Sagradas Escrituras y derecho canónico. Participó en la fundación de varios institutos, fundaciones, residencias y otras instituciones para el bien de la comunidad, como la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, la Guardería de Cáritas de la Parroquia de Fátima, el Teatro de La Cova, la Fundación Wilson, la casa Los Amigos para la tercera edad y el Instituto Educacional Fátima.

Su voluntad de promover la restauración de la unidad entre todos los hombres y el respeto por la diversidad de cultos lo llevan a ser presidente de la Casa Argentina en Israel Tierra Santa. Como presidente de esa ONG participó en numerosos viajes, seminarios y congresos internacionales. Entre muchos otros, cabe destacar su encuentro con el primer ministro israelí Ben Gurión en la década del sesenta, su participación en el jurado, junto a Jorge Luis Borges, del certamen sobre Baruch de Spinoza y su recordada intervención en la Organización de Estados Americanos, en 1996.

En 1999 publicó su obra en dos tomos Por esta vida. En este libro se lee una finalidad muy precisa: acceder a la interioridad a niveles profundos de conciencia para ampliar el campo de esa conciencia y traer desde la hondura soluciones a conflictos internos que impiden enfrentar con valentía y decisión los problemas de la vida.

En el año 2002, al cumplirse sus sesenta años consagrados al sacerdocio, inauguró el Centro Integral de Servicios para la Persona Humana Irenaika Ville, un predio en donde todas las personas, sin distinción de ideologías religiosas, pueden disfrutar de un lugar de sosiego, paz y restablecimiento de la integración perdida.

En 2005 publicó «Ejercitación mental: reflexión y meditación», libro que presenta cursos y vivencias de dinámica mental que el autor fue recogiendo entre las miles de personas con las que compartió experiencias durante treinta años.