agosto 4, 2009

La vergüenza noruega

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A comienzos de 2009 el gobierno noruego anunció un evento, de un año de duración, de la vida del escritor Knut Hamsun (1859-1952) con motivo de cumplirse 150 años de su nacimiento. Hamsun, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1920, era también un ferviente partidario de Adolf Hitler.

El pasado mes de marzo Noruega asumió la presidencia del Grupo Internacional de Trabajo y Cooperación para la Educación, Rememoración e Investigación del Holocausto, organización integrada por 27 países con la misión de promover el apoyo de líderes mundiales para educar sobre el Holocausto y su rememoración.

Poco antes, a comienzos de 2009, el gobierno noruego anunció un evento, de un año de duración, de la vida del escritor Knut Hamsun (1859-1952) con motivo de cumplirse 150 años de su nacimiento.

Hamsun, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1920, era también un ferviente partidario de Adolf Hitler. En 1940 le dio la bienvenida a la invasión nazi a Noruega y en 1943 le obsequió su Premio Nobel a Joseph Goebbels, ministro de Propaganda nazi.

El 7 de mayo de 1945, apenas conocida la noticia de la muerte de Hitler, escribió un obituario laudatorio publicado por el diario ”Aftenposten”. En una de las líneas Hamsun los describía como ”guerrero de la humanidad”.

La Fundación Raoul Wallenberg, una ONG educativa que cuenta con el apoyo de más de 200 jefes de Estado y personalidades galardonadas con el Premio Nobel, junto a la Casa Argentina en Israel Tierra Santa, asociación líder en materia de promoción del diálogo interconfesional, realizan, a nivel mundial un gran esfuerzo de esclarecimiento sobre este escandaloso episodio.

Las cartas y artículos enviados por estas dos organizaciones han encontrado eco en tres continentes y, en especial, en más de una docena de medios gráficos y radiales de Noruega, comenzando por el diario más vendido del país escandinavo, ”Verdens Gang” (VG).

Los medios en particular le han concedido especial atención a la carta que el fundador de la Fundación Wallenberg, Baruj Tenembaum, le enviara a la Reina Sonja de Noruega.

La reina ha sido la encargada de inaugurar las celebraciones, acompañada de fanfarrias y de una comedia musical. Le dedicó media hora de su tiempo a miembros de la familia Hamsun y anunció la próxima inauguración de una estatua del escritor, así como de un museo conmemorativo de Hamsun cuyo costo sería de alrededor de 20 millones de dólares.

En la misiva, Tenembaum, entre otros conceptos, señala: ”Los honores brindados a una persona que adhirió fervorosamente a uno de los regímenes más tenebrosos de la historia nos desconciertan, al punto de no poder hallar razones que justifiquen las celebraciones, en particular tratándose de un gran nación como Noruega, modelo en desarrollo económico, social y educativo.”

Mientras que en otro párrafo sobresaliente se lee: ”Como usted bien sabe, finalizada la guerra Hamsun fue arrestado y debió pagar una severa multa por sus probadas conexiones con el partido fascista noruego liderado por Vidkun Quisling, condenado en 1945 por alta traición y ejecutado por un pelotón de fusilamiento. Quisling fue una desgracia para la historia de Noruega, al punto de que su nombre se convirtió en sinónimo de ”traidor”. Entendemos que aún hoy llamar a alguien ”quisling” en Noruega es uno de los peores insultos que se pueden propinar.

En 1940 el diario británico ”The Times” publicó en una editorial: ”Para los escritores, la palabra Quisling es un regalo de los dioses. Si hubiesen encargado inventar una nueva palabra que signifique traidor difícilmente alguien hubiese dado con una combinación de letras tan brillante.”

Resulta desconcertante que Noruega, un país que se destaca por su desarrollo educativo y social, celebre a un traidor a la patria y ferviente partidario de un régimen despótico y genocida, al mismo tiempo que preside una organización dedicada a preservar la memoria de los horrores del Holocausto.

En la Fundación Wallenberg y en la Casa Argentina en Israel se preguntan qué queda en la escala celebratoria para los héroes noruegos del Holocausto o para la escritora Sigrid Undset (1882-1949), también ganadora del premio Nobel y tenaz opositora al régimen nazi que debió escaparse de su país durante la ocupación. Evidentemente, la lógica de la decisión de honrar a Hamsun se torna flagrantemente incomprensible.

A continuación, la carta enviada por Tenembaum a la reina de Noruega traducida al español:

Nueva York, Julio 2009

Su Alteza Real Princesa Mette-Marit

Su Alteza,

En nombre de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg me dirijo a Su Alteza para expresar con absoluta franqueza y transparencia la preocupación de esta organización educativa por la iniciativa de su país de declarar a 2009 como el ”Año Hamsun”.

Consideramos que la magnitud de las celebraciones en honor de un persona a la que puede calificarse como criminal de guerra, claramente superan cualquier escala tolerable en la medida de que se trata de un tributo de Estado del cual Usted, Su Alteza, ha sido designada como ”Patrona”.

Del mismo modo en que creemos que ”celebrar” no es de ningún modo la palabra indicada para recordar a un personaje de las características de Hamsun, consideramos que explicarle al mundo que el recuerdo del escritor no excluirá informar sobre su pasado filo nazi y de traidor a la patria no alcanza para justificar una conmemoración del calibre de la que se ha montado, incluyendo estatua, museo, fanfarrias y otro tipo de demostraciones que, en todo caso, deberían quedar reservadas para personas de conducta impecable, estatura ética indiscutible e inequívoca posición contra cualquier tipo de régimen despótico, criminal y genocida.

Como usted bien sabe, finalizada la guerra Hamsun fue arrestado y debió pagar una severa multa por sus probadas conexiones con el partido fascista noruego liderado por Vidkun Quisling, condenado en 1945 por alta traición y ejecutado por un pelotón de fusilamiento.

Quisling fue una desgracia para la historia de Noruega, al punto de que su nombre se convirtió en sinónimo de ”traidor”. Entendemos que aún hoy llamar a alguien ”quisling” en Noruega es uno de los peores insultos que se pueden propinar. En 1940 el diario británico ”The Times” publicó en una editorial: ”Para los escritores, la palabra Quisling es un regalo de los dioses. Si hubiesen encargado inventar una nueva palabra que signifique traidor dificilmente alguien hubiese dado con una combinación de letras tan brillante.”

A la luz, pues, de estas festividades y boato conmemorativo dedicado a un hombre de la catadura moral de Knut Hamsun, nos preguntamos qué lugar queda reservado en la escala celebratoria para los miles de noruegos que ayudaron a perseguidos por el régimen nazi y el gobierno colaboracionista de la época; o, cuál es el tributo que se le reserva, por ejemplo, a la notable escritora Sigrid Undset (1882-1949), también Premio Nobel de Literatura, tenaz opositora al régimen nazi que debió escaparse durante la ocupación.

Rara paradoja, el azar deparó que uno de los hombres más compasivos de la historia, el escandinavo Raoul Wallenberg, salvador de decenas de miles de personas en la Hungría arrasada por el nazismo, naciera en la misma fecha, 4 de agosto, que vuestro celebrado escritor, acérrimo partidario de uno de los regímenes mas inhumanos y despiadados sobre los cuales la historia tenga registro.

Puesta contra estos argumentos la lógica de la decisión de honrar a Hamsun, sin mecionar el modo en que lo hace Noruega, se torna absolutamente incomprensible.

Muy respetuosamente,

Baruj Tenembaum
Fundador