mayo 11, 2011

Deconstruyendo la tolerancia

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Debemos tolerar la tolerancia?

La tolerancia no es una virtud, y no debe ser promovida como tal.

La palabra tolerancia es ampliamente utilizada. Se le atribuye un
significado positivo. Los políticos nos instan a ser tolerantes con las
minorías. Los educadores nos enseñan a ser tolerantes con los demás. La
prensa está llena de referencias a la necesidad de ser tolerantes con
personas o grupos que tengan un punto de vista diferente o que practiquen
una religión diferente. Incluso las Naciones Unidas han decretado «un día
internacional de la Tolerancia».

La palabra tolerancia se ha convertido en un concepto bien establecido que
denota una virtud tan ampliamente arraigada como la libertad de expresión, la igualdad ante la ley, etc

Sin embargo, debemos ser cuidadosos. La palabra tolerancia significa
soportar. Si yo tolero algo o a alguien quiere decir que estoy dispuesto a
soportar su presencia o sus opiniones.

El acto de tolerar implica un esfuerzo de mi parte que me inhibe de
transmitir mis objeciones a la existencia de un fenómeno  difícil de
soportar.

La tolerancia promueve una relación desigual. Quien tolera no se considera
en un pie de igualdad con el tolerado. Si yo le digo a una persona que la
tolero,  en realidad le estoy diciendo que estoy por sobre ella y que
estoy dispuesto, aunque renuentemente, a soportar su presencia, o sus
prácticas, o sus opiniones. Difícilmente una actitud de estas
características esté en condiciones de ser promovida como virtud por un
gobierno o cualquier autoridad oficial.

A un igual, a un par, no se lo tolera. La verdadera igualdad conlleva
respeto, no tolerancia. Respetar al otro como a una persona distinta no
puede implicar una actitud tolerante. Este es el verdadero significado de
la igualdad: la diversidad existente en un ambiente de mutuo respeto
socio-jurídico.

Una actitud tolerante implica el otorgamiento de un favor, no la concesión
de un derecho.

El objetivo de una sociedad libre no debe ser delinear un marco dentro del
cual las personas toleren los diferentes puntos de vista o antecedentes u
orígenes. Una sociedad es libre cuando una persona goza de libertad
amparada por la ley y de respeto dentro de la sociedad.

La tolerancia como idea es ajena a una sociedad libre. En rigor de verdad,
la tolerancia fue utilizada por primera vez como un concepto político y
jurídico en el siglo XVII. Fue empleado, a continuación, y en siglos
posteriores, en referencia, por ejemplo, a la existencia de creencias
religiosas que eran distintas a la religión establecida. La palabra
tolerancia, en ese contexto, implica un cambio de actitud por el cual una
religión que anteriormente no había sido aceptada, era conceptual o
jurídicamente elevada al nivel de una creencia tolerada. La idea detrás de
esta actitud era clara. La religión sería tolerada, su existencia sería
asegurada, pero como un favor concedido por la autoridad establecida , no
como un derecho a existir en un pie de igualdad y en un clima de mutuo
respeto.

La tolerancia pudo haber sido una idea iluminadora en el contexto de las
condiciones imperantes en los orígenes de la edad moderna, pero no lo es,
por cierto, en el siglo XXI. Tolerancia significa lo que dice: una
autoridad superior tolera la existencia y las creencias de una entidad
desigual. Necesitamos  encontrar un concepto que refleje el ideal del
respeto mutuo. La palabra tolerancia no califica para este objetivo.

Por Yoav J. Tenembaum

Traducción: FIRW