Carta de la Embajada de la Federación Rusa en Washington DC a la FIRW

Embajada de la Federación Rusa
2650 Wisconsin Ave. , N.W.
Washington DC 20007

Sr. Baruj Tenembaum
Fundador de la Fundación Internacional Raúl Wallenberg

34 East 67th Street
New York, NY 10021

15 de Junio de 2006

Estimado Sr. Tenembaum:

Muchas gracias por su carta dirigida al Sr. Veniamin Yakovlev, Consejero del Presidente de la Federación Rusa. Quisiéramos informarle lo siguiente.

La nación rusa respeta los esfuerzos del diplomático sueco Raúl Wallenberg, quien logró salvar a muchos judíos de Budapest del genocidio Nazi durante la Segunda Guerra Mundial. La democratización de nuestro país, al comenzar la década de los 90, nos permitió empezar a esclarecer las mentiras sucesivas que hubiesen distorsionado la suerte corrida por Sr. Wallenberg, luego de ser arrestado por las Fuerzas Especiales Soviéticas en Hungría durante el mes de enero de 1945.

En el transcurso de los últimos 10 años, una comisión ruso-sueca, creada por ambos gobiernos, revisó una gran variedad de documentos y testimonios acerca de la suerte corrida por el Sr. Wallenberg, contando con la participación de los familiares del funcionario.

El grupo finalizó sus actividades en el año 2001 con la preparación y publicación de informes por separado del gobierno sueco y del gobierno del ruso. No se encontró ninguna documentación certificando la muerte del diplomático sueco en la URSS, ya que toda evidencia habría sido destruida. Paralelamente, la evidencia circunstancial recolectada por el grupo confirma que el Sr. Wallenberg habría fallecido en la URSS el 17 de Julio de 1947.

En Diciembre del 2000, el Fiscal General de la Federación Rusa tomó la decisión de declarar a Raúl Wallenberg víctima de la represión política soviética. El informe presentado por la parte rusa de la comisión ruso-sueca establece que la responsabilidad de la muerte del Wallenberg recae sobre la autoridad rusa de aquel entonces: I.V. Stalin. Ninguna otra autoridad hubiese tenido las facultades necesarias para lidiar con un diplomático sueco, representante de una nación neutral, descendiente de la ”Familia Wallenberg” reconocida tanto en Rusia como en el exterior.

Las chances de conseguir nuevos testigos a esta altura son casi nulas teniendo en cuenta el factor temporal. También es improbable la aparición de documentación nueva que aporte datos adicionales. Aún así, la Federación Rusa está dispuesta a apoyar a aquellos investigadores que deseen continuar investigando este asunto y revisando los archivos rusos.

Sinceramente,
Alexander Darchiev

Traducción: Ileana Chezses