marzo 28, 2014

‘Shoah’

Cartas | 28/03/2014

EDUARDO EURNEKIAN BARUJ TENEMBAUM
Fundación Raoul Wallenberg

Con emoción leemos el artículo de la señora Pilar Rahola titulado «Un hombre bueno» (Opinión, 19/III/2014), dedicado a la memoria de Jaime Vándor, sobreviviente del holocausto, salvado por el diplomático español Ángel Sanz Briz, también conocido como el Ángel de Budapest, en la Hungría arrasada por el terror del nazismo y sus aliados.

Oportunamente, la señora Rahola señala que el embajador Sanz Briz fue un falangista convencido que salvó a miles de judíos haciéndolos pasar por sefardíes y otorgándoles pasaportes españoles, y que su buena obra finalizó cuando el régimen de Francisco Franco, al darse cuenta de su labor, le hizo volver a España. Cabe hacer notar que la gesta de Sanz Briz coincidió en tiempo y lugar con la de Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que, luego de salvar miles de vidas, fue secuestrado por el Ejército Rojo para desaparecer en el siniestro sistema carcelario soviético. Su paradero aún se desconoce, a pesar de las múltiples gestiones realizadas ante las actuales autoridades rusas, muy en particular ante el presidente Putin.

La Fundación Wallenberg ha rendido homenaje en numerosas ocasiones a los valientes diplomáticos españoles que salvaron vidas durante el Holocausto y brega, desde hace años, por el reconocimiento pendiente de tres grandes olvidados como son Bernardo Rolland de Miota, Julio Palencia y Sebastián Romero Radigales.

Independientemente de la claridad conceptual a la que nos tiene acostumbrados la señora Rahola, agradecemos a La Vanguardia mantener siempre vivo el recuerdo de la shoah, acontecimiento distintivo y cardinal de la historia de la humanidad.

En este sentido destacamos muy especialmente la estupenda serie de reportajes del periodista Eduardo Martín de Pozuelo titulada «Revelaciones sobre el Holocausto», publicada por La Vanguardia en el 2008.